Sierra Pacific Synod: Bishop’s Report to the Church
Sierra Pacific Synod: Bishop's Report to the Church
After listening to the concerns of this church, careful review of the report of the Listening Team and other accompanying documents, consultation with outside legal counsel, and prayerful reflection and discernment, I have decided not to bring disciplinary charges against Bishop Rohrer.
While I am not inaugurating formal disciplinary processes at this time, there remain enough serious concerns that influence Bishop Rohrer's ability to remain impactful in their role that I have asked Bishop Rohrer for their resignation, which I believe to be in the best interest of all parties involved.
There are profound issues regarding the circumstances surrounding the end of Nelson Rabell-González' call to the Misión Latina Luterana community on the Feast Day of Our Lady of Guadalupe, a day of such importance to that congregation and community. My decision was not made hastily nor without much deep consideration but is necessitated by a careful analysis of both the totality of information available and the disciplinary criteria and processes as described in the Constitution, Bylaws, and Continuing Resolutions of the ELCA. Unwise decisions —while they may be insensitive or in hindsight seen as misguided—are not automatically grounds for discipline. A high burden of proof exists to translate allegations into substantive findings that can be presented to a disciplinary body. In this situation that high burden was not able to be met. Moreover, disciplinary proceedings that would be likely to arrive at a similar conclusion as my review are time-consuming and risk delay in the necessary healing processes that must occur.
I do not believe that the circumstances of these unfortunate events and Bishop Rohrer's involvement in them rise to the level of formal discipline against Bishop Rohrer. However, I believe that Bishop Rohrer has lost the trust and confidence of many constituents, both within and without the Sierra Pacific Synod. I have asked Bishop Rohrer to attend their assembly, speak and listen to their constituents, and give this the prayerful consideration it deserves after which I will expect their response. I hope Bishop Rohrer will conclude, as I have, that they can no longer effectively serve in their role as bishop.
There are issues of broken trust at all levels, from individual members and communities to the broader church, that will need work to repair. I know this decision will not bring closure to individuals on either side, but I believe this is a necessary step so that we can move forward and focus now on additional ways to facilitate healing.
While the report of the Listening Team was a confidential report to me, they, along with many others, make suggestions which I intend to act upon and/or explore.
I plan to make a visit to the Sierra Pacific Synod within the next month and will request time with the people of Iglesia Luterana Sta. María Peregrina (formerly known as Misión Latina Luterana), the Synod Council, and synod staff to consider steps toward healing.
Support the work of the newly formed task force charged with reviewing the current process for discipline and its impact on historically marginalized groups.
Plan ongoing anti-racism training for the churchwide staff and the Conference of Bishops, as well as all rostered ministers within this church.
Launch a similar program focused on cultural sensitivity training.
Promote the work of the churchwide organization related to racial justice, diversity and inclusion—including that of our Executive for People and Diversity, Equity and Inclusion.
This church is better because of the diversity of voices who unite as a community of faith. We respect and honor the diversity among us and we seek full participation of all in the life and work of this church. We strive to address the ways that all forms of injustice limit participation and harm people, communities, and the whole body of Christ. That work will never be done, but together, we must continue to do and be better.
In Christ,
The Rev. Elizabeth A. Eaton
Presiding Bishop
Evangelical Lutheran Church in America
Read the Spanish version.
El Sínodo Sierra Pacific Informe del Obispo a la Iglesia
Después de escuchar las preocupaciones que tiene esta iglesia y después de haber hecho una revisión del informe del Equipo de Audición y otros documentos que lo acompañan, una consulta con un consejo legal externo, una reflexión y un discernimiento orante, he decidido no llevar cargos disciplinarios contra el Obispo Rohrer. Si bien no estoy inaugurando procesos disciplinarios formales en este momento, sigue habiendo suficientes preocupaciones serias que influyen en la capacidad del Obispo Rohrer, por eso, le he pedido al Obispo Rohrer su dimisión, que creo que es en el mejor interés de todas las partes involucradas.
Hay cuestiones profundas con respecto a las circunstancias que rodean el fin de la llamada de Nelson Rabell-González a la comunidad Misión Latina Luterana en el Día de Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, un día de tanta importancia para esa congregación y comunidad. Mi decisión no fue tomada apresuradamente ni sin mucha consideración profunda, pero es necesaria por un análisis cuidadoso de la totalidad de la información disponible y también por los criterios y procesos disciplinarios como se describen en la Constitución, Estatutos, y resoluciones continuas de la ELCA. Las decisiones imprudentes –aunque puedan ser insensibles o en retrospectiva consideradas equivocadas– no son automáticamente motivos de disciplina. Existe una gran carga de pruebas para interpretar las denuncias como conclusiones sustantivas que pueden presentarse a un órgano disciplinario. En esta situación, no se pudo satisfacer esa elevada carga. Además, los procedimientos disciplinarios que probablemente llegarían a una conclusión similar como mi revisión llevan mucho tiempo y arriesgan el retraso en los procesos de curación necesarios que deben ocurrir.
No creo que las circunstancias de estos acontecimientos desafortunados y la participación del Obispo Rohrer en ellos se eleven al nivel de disciplina formal contra el Obispo Rohrer. Sin embargo, creo que el Obispo Rohrer ha perdido la confianza de muchas personas, tanto dentro como fuera del sínodo Sierra Pacific. He pedido al Obispo Rohrer que asista a su asamblea, hable y escuche a sus miembros y dé a esto la consideración orante que merece, después de lo cual esperaré su respuesta. Espero que el Obispo Rohrer concluya, como he hecho yo, que ya no pueden servir eficazmente en su papel de obispo.
Se ha roto la confianza en todos los niveles, desde miembros individuales y comunidades hasta la iglesia que tendrá trabajo para reconstruir. Sé que esta decisión no será suficiente para todas las personas, pero creo que este es un paso necesario para que podamos avanzar y centrarnos ahora en formas adicionales de facilitar la curación.
Aunque el informe del Equipo de Audición fue un informe confidencial para mí, ellos, junto con muchos otros, hacen sugerencias sobre las que tengo la intención de actuar y/o explorar.
Pienso hacer una visita al Sínodo Sierra Pacific en el próximo mes y hablaré con la gente de la Iglesia Luterana Sta. María Peregrina (anteriormente Misión Latina Luterana), el Consejo del sínodo y el personal del sínodo para considerar los pasos hacia la curación.
Apoyaré el trabajo del recién formado grupo de trabajo encargado de revisar el proceso actual de disciplina y su impacto en grupos históricamente marginados.
Planearé la capacitación continua contra el racismo para el personal de la organización nacional de esta iglesia y la Conferencia de Obispos, así como para todos los ministros ordenados de esta iglesia.
Lanzararé un programa similar centrado en la capacitación en sensibilidad cultural.
Voy a promover el trabajo de la organización nacional de esta iglesia relacionado con la justicia racial, la diversidad y la inclusión, incluyendo el de nuestro Ejecutivo para el Personal, la Diversidad, la Equidad e Inclusión.
Esta iglesia se forma por la diversidad de voces que se unen como una comunidad de fe.
Respetamos y honramos la diversidad entre nosotros y buscamos la plena participación de
todos en la vida y la obra de esta iglesia. Nos esforzamos por abordar las maneras en que todas las formas de injusticia limitan la participación y dañan a las personas, las comunidades y todo el cuerpo de Cristo. Ese trabajo nunca estará terminado, pero juntos debemos seguir haciéndolo y ser mejores.
En Cristo,
La Rvda. Elizabeth A. Eaton
Obispa Presidente
Iglesia Evangélica Luterana en América